No encuentro descanso en la oscuridad
Tampoco un sueño, el cual añorar
Soporté mil guerras y el frío invernal
Entregué mi vida sin antes pensar
Buscaré hasta encontrarte en la eternidad
Y nuestro amor forjar en paz
Seguiré el sendero del Sol y el Mar
Y tus caricias contemplar
Dama eterna de la frialdad